A pesar de las dificultades y aunque no pudimos llegar hasta la comunidad de Vista Hermosa Parte Baja, este 7 de Diciembre en nuestro quinto día de los parrandones navideños en las comunidades, seguimos preparándonos para recibir a Jesús niño. Reflexionamos sobre el valor del PERDÓN.
La propuesta novedosa
de Jesús en el Evangelio es su invitación permanente de amar y perdonar al
hermano, como nos gustaría ser amados y perdonados nosotros. Esto significa que, por encima de cualquier
idea o discurso, debemos tener presente el amor y el perdón como camino de
seguimiento de Jesús y de construcción del proyecto del Reino. Si hay amor se busca la justicia, la equidad y
la dignidad. Nadie puede alcanzar la paz
usando la violencia. ¡Lo que convierte el corazón es el amor!
Dios es un Padre de amor y misericordia que siempre nos perdona. Zacarías en su canto, cuando presentan ante
la comunidad a Juan Bautista, dice que su hijo prepara el camino del señor
anunciando a su pueblo la salvación y el perdón de sus pecados. Jesús pasará en su vida perdonando y
liberando de muchos males a hombres y mujeres.
Junto al perdón el
Evangelio nos propone usar la No-violencia como camino de reconciliación. La no-violencia es responder a la violencia
con actos de paz, sin usar la fuerza.
Eso no significa que la persona ofendida tenga que cruzarse de brazos,
sino que debe buscar el camino del diálogo, con el propósito de buscar la
verdad, asumir su responsabilidad y procurar el cambio que ayude a una mejor
convivencia. En toda relación humana es
normal que haya desacuerdos o que nos equivoquemos de camino, pues Dios nos
creó libres. Lo que no es normal, ni
legítimo es que usemos la violencia física o verbal para imponer nuestra
voluntad. La no-violencia es una
propuesta de libertad para los hijos de Dios.
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