jueves, 12 de diciembre de 2013

LAS COMUNIDADES CRISTIANAS (CEBs), CAMINADO JUNTOS DESDE LA PALABRA DE DIOS

“Los claretianos nos han enseñado que la tarea no es de ellos, que la gente en la comunidad es la protagonista en la evangelización, que desde el trabajo en unidad, es que podemos ayudar verdaderamente al barrio. En la comunidad de base hemos aprendido que debemos ser solidarios, fraternos, tratarnos bien, no decir mentiras y crear buenas relaciones con los demás”.





Así se expresó durante nuestro tercer parrandón la señora Yamile, a nombre de la comunidad Pueblo de Dios, mejor conocida como Vista Hermosa Parte Alta, a la que acompañan pastoralmente nuestros hermanos José Pinto y Aníbal.

Esta comunidad se reúne como el resto de las comunidades cristianas, los días jueves más o menos a la hora que la tarde comienza a caer, se reúnen para compartir las experiencias de la vida, pero iluminadas desde la Palabra de Dios. No les ha sido fácil mantenerse en el camino, pues se han visto afectados por la inconstancia y la falta de compromiso que ha mermado el número de sus integrantes.




Pero a pesar de esto, siguen caminando juntos, dando muestra de lo que han aprendido como comunidad. Por eso, la fraternidad y la alegría es lo que durante esta parranda navideña, han puesto en práctica ya desde antes que comenzara la caminata en nuestro acostumbrado punto de referencia, el colegio Kennedy, y es que a pesar del clima lluvioso, un par de muchachas de la comunidad animaron el parrandón con un baile regional, después comenzó la marcha. La lluvia acompañó al niño Dios todo el tiempo, pero la música y el canto también.




Llegamos a una cancha deportiva en un sector del barrio conocido como El Plan, aquí formamos un círculo en torno a nuestras jóvenes bailarinas que esta vez danzaron al ritmo del éxito de la salsa “Rebelión”, canción que narra escenas de injusticia provocadas por la esclavitud a la que fue sometido el pueblo negro de Cartagena, Colombia, durante el siglo XVII. Pero esta vez no bailaron solas, al poco rato nuestro hermano Aníbal se les unió con el ritmo que lleva en la sangre y que contagió al público presente. Este momento no es casual, es una invitación para reflexionar en los procesos de liberación, como el del pueblo afro-latinoamericano. Cada comunidad cristiana está llamada a vivir su propio proceso de liberación, partiendo de su realidad concreta y desde la Palabra de Dios.



Para finalizar este parrandón, nos dirigimos a la capilla de la comunidad Pueblo de Dios, en donde seguimos compartiendo la música y la comida que es costumbre en estas fiestas del barrio. Y ya con la noche encima, nos despedimos en medio de abrazos que expresaban nuestro agradecimiento por el compartir, y quedamos todos invitados para la parranda del día de mañana.





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